sábado, 28 de febrero de 2009

SALDANDO UNA DEUDA (II)

Uno de los principales motivos por los que inicialmente no iba a escribir de los Oscars era el inevitable agravio comparativo con los Goya. Y sobre todo, visto lo visto.
Segunda parte: Fiesta en Hollywood
Si algo tienen claro al otro lado del charco es que el dinero manda. Y después de unas galas bastante flojas y carentes de ingenio, se decidieron Por cambiar la apuesta: Entregar las riendas de la ceremonia al (dicen) actor más guapo del mundo, que resulta ser un más que solvente cantante y bailarín (ha presentado los premios Tony, creo)
Se acabaron humoristas y chistes malos que sólo ellos entienden: La abc (dueña de los derechos) sabía que debía cambiar el chip para hacer caja y no perder audiencia (Aquí los Goya los pone la 1, que como es pública y el dinero no sale de su bolsillo… lo mismo le da que presente Carmen Machi que Marianico el Corto) Pero dejemos a los Goya a un lado, que ya hablamos de ellos anteriormente.
Capítulo 1: La Ceremonia
Teniendo en cuenta la estructura de toda gala de entrega de premios, y que el objetivo es no superar las tres horas, asistimos a una entrega más que correcta, bastante correcta.
El inicio fue espectacular, sorprendente: por la puesta en escena con un escenario que se integraba en el patio de butacas; por un Hugh Hackman que, pletórico, tras hacer alusión a la crisis de la industria, presentó las principales nominadas cantando y bailando, desplegando humor, simpatía, originalidad.
Después, todo se fue diluyendo en la rutina habitual. Quitando el número de sombreros y escalera con Beyoncé y los bailones de HSM y Mamma Mia y algún que otro video (sobre todo el de animación) no hay mucho que destacar.
Fue una ceremonia correcta, sin apenas incidentes dignos de mención (sin guerras ni Bush, el patio está tranquilo. Sólo Sean Penn habló del matrimonio homosexual)
Capítulo 2: La Alfombra Roja
Como en todo sarao famosil, el tradicional desfile de actores, actrices, cantantes, productores, directores… y sus respectivos familiares no podía faltar. Mucho traje elegante, mucho nombre de diseñador, muchas preguntas estúpidas a los candidatos (¿De quién es el traje? ¿Crees que te vas a llevar el premio?), y como no, mucho hortera suelto:
- Mickey Rourke (de blanco con diente de plata)
- Hannah Montana de (no sé como explicarlo)
- Beyoncé (de folklórica sin peineta)
- Penélope Cruz (con traje de novia)…
No obstante, todos monísimos y monísimas.
Capítulo 3: Los Oscars
Esta vez fallaron los premios. Siempre se ha criticado y despotricado de las ceremonias a las que llegaban películas con 14 o 15 candidaturas (ese “Señor de los Anillos III”), pero lo de este año ha sido mucho peor.
Y es que, si aburre saber que una película va a arrasar, peor es saber por anticipado los premios de todas y cada una de las candidaturas. Porque, la mayoría de las candidaturas era puro espejismo: Se sabía lo de Pe, y lo del Joker, y lo de la Winslet, y lo del maquillaje, lo de los f/x, lo de la bso y la canción, y lo de Wall-E, lo del director y la película. Casi se diría que estaba todo programado.
Sólo dos sorpresas en toda la noche: la película extranjera no cayó en Bashir ni en la clase, y no hubo brindis a las segundas oportunidades (el mejor actor cayó, más que merecidamente, en Sean Penn. Lo siento Mickey Rourke, en una semana te has quedado sin perro y sin Oscar)
Capítulo 4: La reflexión
Lejos de poner eso de “Bollywood se come Hollywood” y tonterías al uso, creo que sería importante reflexionar sobre un par de cosillas, aprovechando todo lo visto, oído y leído (seguí la entrega de premios por tv, radio e Internet. Soy así de friki):
- A pesar de ser todo un referente mundial, estos premios no dejan de ser un referente sesgado sobre lo mejor (a juicio de los académicos) del cine del 2008.
- Este ha sido uno de los años de los que no recordarás la película ganadora. Así de fácil. Todo se diluirá en la historia como ya ocurrió con Chicago o Crash.
- No ha ganado la Mejor Película de 2008, sino la menos mala de las que se presentaban (con permiso de B.B.)
- Es importante tomar nota de la búsqueda de renovación de estos premios. Son conscientes que la fórmula no funciona, e indirectamente comienzan a mirar a ceremonias como las de los Spirit: una cena de “colegas”, con menos glamour y más simpatía, un buen ambiente, un director de ceremonias solvente… y todo en menos de 2 horas.
Epílogo
Como muestra, un botón. Dejo los primeros 10 minutos de ceremonia. Lo bueno comienza en el minuto 1:50.

SALDANDO UNA DEUDA (I)

Pensaba que, con respecto a los Oscars estaba todo dicho: Penélope Cruz tuvo el suyo, Head Ledger el que todos le daban desde que falleció, y arrasó la que tenía todos los papeles. No obstante, dado que comencé a hablar de Oscars y películas (y que me lo han pedido dos de las cuatro personas que leen mi blog), aquí va mi tercer episodio de las películas nominadas y mi visión de la ceremonia, en lo que es mi “primer post de encargo”.
Primera Parte: Lector y Millonario
El lector o el precio de agenciarse a Kate Winslet
Quizás porque era la última de las favoritas que he visto, quizás porque no me ha gustado, aún paso las noches en velas preguntándome cómo han nominado esto. Y es que, el director de las horas vuelve a la carga con una película lenta, carente de interés, sólo salvada por las interpretaciones de Kate Winslet y Ralph Fiennes. Y ya está.
En tres episodios nos presenta una historia (supuestamente) interesante sobre el holocausto –a momentos aburrida, a momentos soporífera– que debe impactar y sobrecoger al espectador. Y lo que impacta es:
- El programa de “animación a la lectura” que llevan los protagonistas durante los primeros tres cuartos de hora de película.
- El extraño, superficial, (y yo diría incluso frívolo) tratamiento del Proceso de Nuremberg.
- La selección de lecturas: “La Odisea”, “Las aventuras de Huckleberry Finn” y “La Dama del Perrito”
En resumidas cuentas: papelón de la Winslet en una película que pasará en un par de meses al olvido, al igual que el resto de las nominadas (excepto B.B.)
El Millonario o el American Dream indio
A sabiendas del resto de las candidatas, mientras disfrutaba de la película a solas en el cine (ventajas de ir un 14 de febrero a la hora de la cena) lo veía claro: Este año, “Slumdog” se iba a llevar hasta las cortinas. ¿Y por qué? No hace falta ser un visionario:
1º) Porque es el enésimo acercamiento al tema del “American Dream” (algo que tanto gusta a los USAmericanos), que tranquilamente podría haberse ambientado en la América de los años 30: chico pobre que consigue triunfar en la vida. Los críticos hablan de “Influencia Dickensiana”.
2º) Porque, en dos horas, condensa una buena mezcla de géneros (drama, comedia, amor, suspense) bien sazonado y condimentado... que te deja con un buen sabor de boca.
3º) Porque, aunque sea predecible, es una película del gusto de un público que está, por un lado, cansado de películas sesudas, complicadas, llenas de efectos especiales… y, por otro, agradecido de ver una historia que le llegue dentro.
Y 4º) Porque visto “El desafío”, “La duda”, “El lector”, “El luchador”, “Mi nombre es Harvey Milk”… es lo único decente que la marea de los Oscars ha traído a nuestras salas. No es que sea una obra maestra, es que el resto está mu por debajo de lo que deberían ser las mejores películas del 2008.
En el próximo post, iremos por los Oscars

¿QUÉ SE ESCONDE TRAS 2001?

No hago más que leer y oir hablar de las interpretaciones sobre "2001, Una Odisea en el Espacio". Que si Kubrick quería decir esto, que si quería decir lo otro, que si la metáfora del monolito, que si la poesía de la narración, que si el significado del final...

A veces tengo la sensación que la película que he visto es diferente a la que ha visto el resto de la humanidad. La vuelvo a meter en el dvd y... vaya, es la de tito Stan. ¿Entonces?

Mono, hueso, monolito, nave, astronautas, monolito, ordenador con bombilla roja, tio en cama, monolito, feto flotante... todo bañado de música clásica. ¿Qué se supone que hay que entender? ¿Qué oscuros mensajes se escapan a esta mente tan simple?
¿Esconde, como las canciones de los Beatles, mensajes satánicos...? ¿O es que la gente está aburrida?
Hay tanto que escribir sobre el tema... que no pienso dedicarle una linea más.

Propongo a los frikis kúbricos que se dediquen a analizar los mensajes que esconden los incomprensibles anuncios de compresas. Ahí si que hay donde rascar.

domingo, 22 de febrero de 2009

AQUÍ HAY QUE MAMÁ

Es Carnaval. Todos los años por estas fechas, las miras de la nación se vuelven a este rinconcito para oír nuestras coplillas: aquellas quejas, denuncias y sentencias que –en unos casos tirando de ironía o sarcasmo, en otros simplemente cantando sin pelos en la lengua– muestran la opinión y el sentir del pueblo.
Lo sabemos: En la pluma de los autores de nuestro carnaval se encuentra el auténtico barómetro de la sociedad. Ellos son quienes dictaminan qué es noticia y pregonan la realidad de un mundo, país, región, provincia, municipio, cada vez más globalizado e impersonalizado. Con una coplilla, igual nos arrancan una sonrisa en mitad de nuestra desesperación, que acuden despertarnos de nuestro letargo; igual alaban nuestra paciencia como denuncian nuestra pasividad.
Es inevitable que se nos pongan los pelos de punta oyendo pasodobles sobre la violencia de género, el terrorismo, Oriente Medio, la situación de las familias sin empleo… Es inevitable que algo dentro de nosotros se revuelva cuando reconocemos verdades como puños de boca de las agrupaciones. Y es también inevitable que, después del concurso de agrupaciones todo vuelva a ser como antes.
Porque, ya lo dice la frase: Etto e Cai y aquí hay que mamá. Y así es, literalmente.
Tras la máscara y el folklore, tras el pito y la serpentina, tras el concurso y la calle, todo vuelve a la realidad: la falta de recursos, la escasez de inversiones, la tiranía del desempleo… volvemos a ser el pueblo pasivo y paciente que ve la vida pasar.
A unos años del bicentenario, no nos reconoce ni la mare que nos parió: ¿dónde está el pueblo que le ganó el pulso a la realidad de 1810? ¿dónde los vecinos guerrilleros que tanta lata dieron a los franceses? ¿dónde los ciudadanos progresistas que sacaron a la calle una constitución?…
El pueblo gaditano hace AÑOS que perdió la guerra contra la realidad. Hace años que aceptó su derrota. Hace años que, temeroso, esconde su dignidad detrás de unas coplas –cuyas letras pretende sean dardos envenenados– que ya no llaman la atención de unos noticieros que prefieren el espectáculo de otros carnavales con más pompa y boato.
Hace años que aprendió a denunciar y a señalar sin moverse de su silla.
Y hace años que lo sabe y se resignó a ello:
Etto e Cai y aquí hay que mamá

domingo, 15 de febrero de 2009

LA DUDA: FROST/NIXON

Se apagan las luces y se abre el telón. Señoras y señores, el espectáculo deja sitio a la sobriedad de la escena: actores frente a frente defendiendo (desnudos, desprovistos de grandes efectos y medios) unos papeles, y poniendo sobre la mesa unas actuaciones, que son el pilar básico que mantiene la calidad de la película y el interés del espectador.
Quizás por ello nos encontramos con unos filmes poco taquilleros, poco atractivos para un público que va en busca de dos de las mejores películas del año (según la Academia de Cine Americana)
Y la realidad es que, los duelos Frost/Nixon y Monja/Cura (no recuerdo el nombre de los personajes, y tampoco me apetece buscarlos), aunque atractivos, no son suficiente: Las películas, aunque correctas (o más que correctas) no son notables (y menos aún sobresalientes)
La Duda
No sé donde oí aquello de “siempre nos quedará la duda”. Y es que, siempre nos quedará la duda de saber qué hubiese sido de esta película de no estar rodada por el autor del libreto original y director de la obra. Excesivamente teatralizada, viene lastrada por una realización limitada que poco (o nada) arriesga, que deja de manos del sus actores la responsabilidad de hacer del film (o de su planteamiento) un buen producto. Estos cumplen (¿¿cómo no lo iban a hacer Philip Seymour Hoffman y Meryl Streep??), pero el duelo Hoffman-Streep y los 8 minutos de Viola Davis… ¿realmente hacen de ésta una de las imprescindibles del año? Siempre nos quedará la duda.
Frost/Nixon
Con más tablas que el anterior director (cuyo anterior trabajo a "la duda" es ¡¡"Joe contra el volcán"!!), Ron Howard es uno de esos realizadores que han hecho casi de todo ("El Código da Vinci", "Llamaradas", "1,2,3 Splash", "CinderellaMan", "Una mente prodigiosa"…) y como todoterreno, ahora nos viene con una obra teatral que narra un episodio posterior al caso Watergate (vamos, sobre historia y política americana)
Una cosa hay que reconocer: nos vuelven a vender la burra. Esta película, si se hubiera hecho en España, con una temática sobre política nacional… se hubiera liado (gracias, bien a los amigos de la cope, bien a los amigos de prisa) Pero, ¡qué le vamos a hacer! aquí todo se limita a Guerra Civil y la problemática vasca (la tercera temática, el tándem Pajares-Esteso, desgraciadamente, desapareció hace años… ¿¿Dónde está Cine de Barrio cuando se le necesita??) Bueno, centrémonos.
Con un trabajo muy correcto y solvente, (la experiencia del director es un grado), nos disfraza de falso documental una obra teatral cuyo máximo interés se limita a los 10 minutos de enfrentamiento final: un cara a cara entre un Nixon (Frank Langella Im-presionante) acabado y un Frost (Michael Sheen notable) desesperado. No por nada, son los actores de la obra teatral.
En resumen
Y me dirás: ¿Merece alguna de los dos el Oscar?
Te diré: No.
Me dirás luego: ¿Merecían la nominación?
Responderé: Tampoco.
Pensarás: ¿Entonces?
(No lo sé, no soy académico ni crítico. Esto lo escribo por "amor al arte")
Cerrarás el tema con: ¿Merece la pena verlas en el cine?
Pues… con Benjamin Button y Slumdog Millionarie en taquilla, y sabiendo que no pintan nada este año en los Oscars… más vale esperar a que aparezcan por el videoclub.

domingo, 8 de febrero de 2009

BUTTON / MILK

Prólogo:
Prometo no inundar el blog de entradas sobre películas. Bueno, espero no inundar el blog de entradas sobre películas. Pero, con los Oscars a la vuelta de la esquina, y viendo una media de cuatro películas cada fin de semana... quién puede no caer en la tentación.

BUTTON /MILK
Son dos de las principales películas que optan por llevarse uno de los galardones más preciados en el mundo del cine: El Oscar a la mejor película.
Dos películas que, por su argumento y sus interpretaciones, en un principio poco tienen en común.
Capítulo 1. La fantasía: El Curioso Caso de Benjamin Button
La más nominada del año y la que, posiblemente arrastrará con gran parte de los premios “técnicos”. Un genial cuento filmado por David Fincher y que representa la “cuota” de cine clásico, además de ser la más taquillera, de las cinco nominadas.
Soy de la teoría que, en una película, todo lo que pasa de dos horas de metraje puede someterse a “tijeretazo”. Y esta película, con sus dos horas cuarenta minutos, no es una excepción. Su principal lastre: Un montaje que deja bastante de desear, y que se deja ver en el uso (y abuso) de la estructura narrativa de Titanic (continuos flashbacks, demora en el inicio de la historia, la búsqueda de un final poético…)
Y hasta aquí los fallos de la que es una de las películas de la temporada.
El resto, los ingredientes perfectos para este delicioso plato: un buen trabajo de guión, maquillaje (¡mon dieu!), escenografía, fotografía, vestuario, efectos especiales, dirección… que hacen de la película un producto tan solvente y “mágico” que casi eclipsan las actuaciones de sus protagonistas: Brad Pitt y Cate Blanchett.
Ella (como siempre) realiza una buena actuación y él, en gran parte apoyado por el maquillaje y los f/x, consigue dotar de humanidad a un personaje que, por su naturaleza, podía derivar (en algunos momentos) hacia lo cómico o la caricatura. Lástima que sus opciones a los Oscars sean limitadas (las de él, ella no está nominada)
Tiene toda la pinta de ser un “girasolazo” en la próxima ceremonia de los Oscars.
Por cierto… me preocupa que Taraji P. Henson (la mamá de Benjamin Button) le pueda quitar el premio a Penélope Cruz.
Capítulo 2. La realidad: Mi nombre es Harvey Milk
Si en la anterior escribía “clásico y taquillero”, aquí tenemos la cuota “indie” de manos de uno de los directores clásicos de este género: Gus Van Sant.
Si alguien busca algo nuevo, sorprendente, diferente y alternativo al cine que nos llega de la fábrica de los sueños, ésta… no es su película. Es un correcto filme biográfico sobre una de las figuras importantes en la sociedad americana de los años 70. Y ya está.
Nos encontramos ante el típico ejemplo de película que se limita al trabajo (puesta en escena) de sus protagonistas (como ocurre en "Revolutionary Road"), en este caso protagonista: Sean Penn, que borda un papel destinado a llevarse el Oscar al mejor actor gracias a una labor soberbia.
Harvey Milk, omnipresente Sean Penn. Correcta película que no va más allá del típico biopic made in Hollywood destinado a ensalzar al personaje protagonista, rico en medios y con un buen montaje, pero que suele adolecer de tramas secundarias de interés, presenta secundarios desdibujados y carece totalmente de trascendencia.
Después de esto, yo me pregunto ¿¿Qué hace esta película entre las nominadas a la mejor película (y al mejor director)??
En un año tan escaso de grandes películas cuesta comprender qué tiene esta película para ser candidata a la estatuilla que no tiene “El caballero oscuro” o “Wall-E”.
Epílogo
Por las barbas de Kubrick, yo también me he sorprendido hablando bien de una película en mi primer criti-post. Prometo no ser tan benevolente en mis opiniones sobre cine. ¿¿Qué voy a dejar para cuando regrese Spielberg??

martes, 3 de febrero de 2009

CASPA NACIONAL


No me veréis chillando a la televisión protestando por una falta, celebrando un gol o animando a Nadal. Difícil es que me quede viendo ciclismo o que me interese por un partido de baloncesto. Como dijo la Bruja Truca: "Lo mío es el cine"
Me gusta el mundo del celuloide hasta el punto en que, si la película no me convence, puedo convertirme en un auténtico hooligan (o como puñetas se escriba)
El pasado domingo por la noche, mi nivel de indignación subió a límites insospechados cuando, mitad estupefacto, mitad indignado asistí desde mi sofá a la Ceremonia de la Academia del Cine Español (osea, a los Goya)
Ya ando acostumbrado a su descarada politización, a la manipulación y a las reivindicaciones políticas que llevan a cabo cada año. De hecho, y lamentablemente no me ha sorprendido para nada el panfleto político de este año.
Lo que más me ha dolido, y no tanto como aficionado al cine sino como español, es que la fiesta grande del cine patrio se limite a una bochornosa, casposa y cutre (sí, cutre) caricatura de los Oscars de Hollywood. Porque, parece ser que aún ningún académico español se ha dado cuenta que la panda de cómicos de feria que conforma nuestro cine no da para una mínimamente decente ceremonia de entrega de premios. Por mil y una razones:
- No hay nada más patético que querer ser gracioso sin serlo. Y hace años (luz) que en los Goya no se escribe un guión medianamente decente y simpático. Por otro lado, ¿Por qué tiene que ser la ceremonia una sucesión de gracietas? ¿Por qué no se apuesta por una gala seria y que vaya al grano y nos evite tres horas de patéticos intentos de hacernos reir?
- ¿Nadie ha pensado que el glamour no es compatible con Carmen Machi? Ni con Jesús Bonilla, con el traje de Corbacho (con él tampoco), Pilar Bardem, Coronado comiéndole la boca a"Aida", un grupo de extras haciendo fotos a Benicio del Toro en plena gala, a una especie de "zombis" pululando por los pasillos, el enfoque durante más de 20 segundos a la cara de Maribel Verdú llorando tras ver el "In memoriam"...
- ¿No resulta sospechoso que se hubiera programado (con bastante antelación) para después de la gala "El milagro de P.Tinto" de Javier Fesser?
- ¿Cómo tienen la cara tan dura de aprovechar la ceremonia para exigir al Estado la lucha contra la piratería para que "sobreviva" la industria cinematográfica española? ¿Cuándo ha existido en España una industria del cine? Parece que olvidan que el dinerito con el que se pagan las películas sale, en una gran parte, del bolsillo de los españoles, que pagamos la película por mil y un sitios: con los impuestos, al ir al cine, al comprar un ordenador, cds vírgenes, una memoria multimedia... (el famoso "canon digital") Académicos, sois los primeros ladrones. ¿Cómo tenéis la valentía de exigir compromiso con vuestras obras cuando resulta que somos nosotros los que la estamos pagando? ¿Le pagan acaso los pinceles a los pintores? ¿subvencionan los discos de la Pantoja? Nosotros seremos piratas, pero ustedes sois corsarios (piratas pagados por el reino) Dejad de chupar de la teta del Estado y luego hablemos.
Es que, el tema de la propiedad os es tan ajeno... "El Che" y "El Greco" películas españolas, "El Caballero Oscuro" británica. Como los productores de verdad se enteren...
- ¿A nadie le ha extrañado que las películas más nominadas de este año ni siquiera han estado en la lista de las diez más vistas del año? ¿Ninguna mente de la academia se ha dado cuenta que vuestros dramas intimistas, periféricos, de la guerra civil... no interesan a nadie? ¿Es que tiene que volver Amenábar a enseñaros qué es cine comercial y de calidad? ¿¿Realmente la piratería afecta a "vuestro cine"?? ¿O es que chupáis del canon gracias a las descargas de las películas americanas y de eso sí que no os interesa hablar?

Pero no quiero seguir, que me enfado mucho. Sólo dos cosillas:
- No nominéis a un actor como revelación del 2008 cuando la película en la que sale se estrena el 30 de enero de 2009. No está bien.
- La gracieta (sin gracia) sobre Rec... película estrenada en noviembre de 2007, que ya fue nominada y galardonada en la ceremonia del año pasado, está pasada. Simplemente sobraba. Hacer entrar a Manuela Velasco así a la gala es como hacer entrar a Jesús Bonilla con dos jamones ibéricos debajo del brazo (al final entró gritando y liderando a un "grupo de turistas", no sé qué es peor)

Pero nada, al final, todos tan contentos. La cuestión era hacer de una entrega de premios un acto onanista, una gran masturbación, que los españolitos pagamos para que nuestros artistas (encantados de conocerse a sí mismos) luzcan palmito y trajes, y nos recuerden que somos malos e ignorantes por no ver "su cine".
Qué estafa.

lunes, 2 de febrero de 2009

TIENDAS PARA YOGURINES

Todo comenzó cuando abrí el regalo. Por su forma, tacto y, sobre todo, la bolsa en la que venía, sabía que era ropa. Concretamente una camiseta bastante chula de los seres azules creados por Peyo. Una talla XL.
Ni corto ni perezoso me la pruebo. Y ¡¡¡¡momento de terror!!!! Me está pequeña. En este momento, vienen a mi cabeza dos pensamientos: una realidad y una observación.
Peso 92 kilos, y me sobra alguno que otro (la realidad)
La observación: regalar ropa, además de tecnología, es uno de los actos más suicidas que se puede hacer.
Seguimos: Ante este tipo de situaciones no resta sino ir a la tienda a por una talla más (una XXL o 44). Y llegamos a la tienda. Una tienda fashion para jóvenes, grupo Inditex, que responde al nombre de Pulanbiar. Comento que vengo a descambiar la camiseta por otra mayor, "sin problema" dice la chica que me atiende. Y comienza la odisea.
Según reza en su página web: "El espíritu de la juventud es nuestra fuente de inspiración. Desde su creación en 1991, Pull and Bear ha sabido adaptarse a las necesidades de los jóvenes para ser hoy en día un claro referente de moda casual y desenfadada. Vestimos al mundo con un único producto y hablamos un mismo idioma, formando parte de una cultura joven y universal. En Pull no sólo creamos ropa y complementos, sino que también diseñamos espacios para comunicar el mensaje y el sentimiento de los productos que vendemos. Espacios acogedores con estilo propio donde el mobiliario nuevo se funde con objetos reciclados de antaño para recrear las casas donde a nuestros jóvenes les gustaría vivir"
¡¡Qué fuerte!!
No puedo estar más de acuerdo. La variedad de modelos es realmente significativa: Si quieres camiseta de papá pitufo has de pillar la azul, si quieres al de las gafas, pilla la rosa y si quieres a gárgamel, la negra. Y punto. (Regla aplicable al resto de diseños de la tienda: Una con un número 54 sólo en verde, otra de letras estridentes, en lila. Y si no te gusta el color, pues busca otro diseño. Aquí el gusto no está en la variedad.
Después de diez minutos buscando y buscando llega la primera sorpresa: No hay tallas XXL. De hecho la misma chica que me atendió lo certifica. No envían ese tipo de tallaje. Vaya. Habrá que conformarse con otro tipo de modelos ultrafashion de escaso gusto. Pero no, tampoco tienen la talla XXL, sólo hay hasta la 42.
"Aquí sólo pueden comprar los figurines, ¿no señorita?" Aquí del cono y el diábolo como que se pasa. Sólo se piensa en jóvenes pelopinchos a los que los efectos de la comida basura afectará cuando lleguen a los 30. Los adolescentes rellenitos, que se las apañen en el carrefur.

Es indignante que en pleno siglo XXI se siga haciendo vendiendo ropa para un perfil tan estereotipado de jóvenes. Es vergonzoso que, de forma paralela a la guerra que existe contra la anorexia en la juventud, se permita este tipo de acciones.
En señal de protesta, y hasta que Pulanbiar vuelva a incorporar la XXL entre sus modelos, no pienso comprarme ropa en esa tienda.
He dicho.

PROBANDO PROBANDO, UNO DOS

Entrada de prueba para ajustar los colores de las fuentes del blog (una tontería, lo sé, pero yo soy así)