
En esta ocasión, voy a hacer una pequeña excepción por cuanto de significativa y trascendental tiene la muerte del que, en la década de los ochenta y noventa, fue el rey del pop: el mayor icono musical de la historia (con permiso de Elvis, of course) que, para bien o para mal, caló en aquellos que comenzábamos a acercarnos a la música.
Nunca dejó a nadie indiferente: Más allá de excentricidades, colores de piel, polémicas, mascarillas, sospechas de pederastria, visitas a los juzgados, ranchos, bancarrotas... fue la persona que revolucionó el universo musical: el mayor superventas de la historia, responsable de Thriller (la canción, el disco, las coreografías, el videoclip...), icono, ídolo, y a partir de ayer: leyenda.
Eterno Peter Pan, se negó a crecer y madurar, continuamente resurgía de sus cenizas: con Off the Wall se reivindicó como artista en solitario, Thriller le encumbró y le permitió dejar de ser "el pequeño de los Jackson", con Bad reivindicó su estrella en el universo musical, Dangerous fue un intento de reciclarse a los nuevos tiempos, y tras History llegaron el ocaso profesional y los días oscuros...
En estos últimos meses se preparaba para su regreso triunfal con una serie de giras en Londres.
La muerte de Michael Jackson es un suceso equivalente a la de Elvis o John Lennon, y guste su figura o no, la música hoy está de luto y el pop queda huérfano:
El rey ha muerto, Viva el Rey
No hay comentarios:
Publicar un comentario