viernes, 26 de junio de 2009

YES, THEY CAN

Después del orgasmo futbolístico que supuso la Eurocopa, después de la orgía patriótica que tuvimos en este país, hace unos días la gran selección española puso rumbo a Suráfrica a participar en la Copa Confederaciones, una liguilla entre los campeones de las diferentes federaciones de fútbol.
Como siempre, los españolitos arengados por los periodistas deportivos, llegamos a una competición deportiva como dice la canción de El Arrebato: "con ganas de comernos el mundo". Bueno, más que con ganas, dando por hecho que nos lo vamos a comer. Y antes de que comenzase todo ya se daba por hecho una final España-Brasil, tras pasar la semifinal frente a Italia.
Si a esto sumamos un record de invatibilidad, tres victorias (una aplastante frente a ¡¡¡Nueva Zelanda!!, otra frente a Iran y una ajustadísima frente a Suráfrica), unos jugadores que van de divos y estrellas, una cadena de televisión necesitada de audiencia y un rival en semifinales llamado Estados Unidos... Ya estaba el españolito desempolvando camisetas, banderas y maquillaje para la final del domingo.
Pero nadie tuvo en cuenta que, en el partido de semis, se conjuntaban dos elementos:
>El factor Zapatero (desde que es Ministro de Deportes no gana ni Nadal)
>El factor Obama. Y es que, este presidente, no sólo saca al país de la crisis, no sólo desmantela Guantánamo (aunque nos mande a los presos), sino que, además, lleva a ganar partidos a la selección de una nación cuyo balón de fútbol tiene forma de melón.
Y claro, llegamos al partido subiditos, como los reyes del cotarro, sobrados... y nos dieron un baño. Ni siquiera se oyó eso de: Jugamos como nunca y perdimos como siempre.
Pero, que no cunda el pánico, lejos de "mea culpa" hay que preservar siempre el orgullo patrio. Y claro, ahora todos dicen: "Esto es un trofeo menor, nadie había oído hablar de esta competición hasta este año"
Porque, no nos engañemos, en este país la autocrítica está de más: y el fútbol, el cine, la política y economía son claros ejemplos de ello. Hace siglos que dejamos de ser un imperio y nadie parece haberse dado cuenta de ello: ni siquiera en las películas de catástrofes americanas (terremotos, inundaciones, ataques alienígenas...) nos tienen en cuenta para destruirnos.
Y así, seguiremos aún con la venda en los ojos, sin querer darnos cuenta que "el deporte rey" está aún a años luz de ser el que más satisfacciones nos de a nivel internacional. Pero en fin, tenemos lo que nos merecemos.

Al menos, esta vez no nos quedamos en cuartos... posiblemente porque en esta competición se pasaba directamente a semifinales.

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