miércoles, 12 de agosto de 2009

CRÓNICAS VIRTUALES DE UN SOLTERO A SU PESAR

Soltero, pasado de la treintena, sin piso, novia, ahorros, trabajo, cuerpo Danone… Y encima, ¡¡¡me pasan unas cosas!!!
Capítulo 2: "Deportes 0 - Fórmula 1"
Además de ser bueno para la salud, el deporte constituye una de las mejores herramientas para la socialización del niño, sobre todo en la etapa escolar, cuando comienza a formar y conformar su grupo de iguales, eso que todos conocen como “grupo de amigos”
Y es que para la práctica del deporte no hace falta mucho: para correr basta un suelo, y para deportes de balón sólo una pelota y gente con la que jugar. Porque, para porterías bien valen piedras, camisetas o improvisados y frágiles montones de tierra/arena; para cestas: cajas, bolsas o alguna pintada en la pared; red: una cuerda, una línea trazada en el suelo o en la arena…
Por extrañas razones biológicas, genéticas o del destino, nunca se me han dado bien los deportes, no he sido diseñado para practicarlos ni disfrutarlos… Así de simple: digamos que nací sin el “chip” que me habilita para su práctica. Desde mi llegada al colegio hasta ahora (y no creo que esto vaya a cambiar) el deporte y yo no hemos nacido para convivir el uno con el otro.
Primero probé con el fútbol (¿quién no sabe dar un par de patadas a un balón?) y desde el principio se veía que aquello no llevaba a ninguna parte (de hecho, más que integrar, me segregaba. Incluso más que de no practicarlo). Consciente de mi incapacidad para el deporte rey, y persiguiendo poder formar parte “del grupo”, quise probar otras modalidades, pero ni el baloncesto (si no colaba el balón en la portería, ni que decir en un arito muy alto), ni el balonmano. Ni siquiera en el voleibol (considerado en los 80, junto con el baloncesto, “deporte de niñas”) se podía observar un mínimo de destreza en mí.
Tras los mayoritarios, llegaron las artes marciales, pero tampoco en la realización de katas se apreciaba progreso alguno. Completamente asumida mi poca destreza deportiva cambié de rumbo hacia otros caminos “menos movidos”: el dibujo y pintura, desarrollo de afición al cine, música y tv, iniciación a la escritura… Los resultados en los mismos –en el arte: para gustos, colores– no fueron malos del todo, y me han permitido llevar una existencia “socialmente decente” e integrarme en todo tipo de conversaciones (siempre y cuando los temas no fuesen los mismos que trata el diario “Marca”)
Tras ocho años en el colegio todo volvió a comenzar en el instituto. De nuevo unos compañeros diferentes, la necesidad de establecer lazos, y el fútbol como medio de ampliar y consolidar el nuevo círculo de amigos. Lo que puede ser curioso en la primera infancia puede ser traumático en la niñez y estigmatizarte en la adolescencia: mi incapacidad para la práctica deportiva fue notoria. Y sin embargo, a pesar del poco nivel demostrado, son dignas de alabanzas las continuas llamadas de mis amigos “recién estrenados” para quedar a jugar al fútbol: siempre contaban conmigo para un partido (quizás porque fuesen impares, quizás porque al menos ponía interés)… aunque siempre fuese el último al que elegían para formar parte de un equipo (¿el niño gordo con gafas, zampabollos, torpe que siempre se escoge el último cuando se organiza un partido en el patio de un colegio o en una plazoleta? Ese, era yo en mi adolescencia)
Con la madurez llegaron modalidades deportivas más accesibles, más relajadas. Aunque cuando jugar a las palas en la playa es una tortura para el que tengo en frente… ¿cómo hacer frente a un partido de pádel?
Y de repente, un buen día, llegó Alonso. La fórmula1 entró en mi vida.
10 escuderías, 20 pilotos, 10 nombres más vinculados con el mundillo, 17 grandes premios (con 3 sesiones de entrenamientos libres, 1 clasificación y 1 carrera) Y poco más que saber. Tres cuartas partes del mundillo mecánico es secreto y el cuarto restante te lo anuncian y comentan constantemente. Por no hablar del “previo”, ese “Manual de Formula Uno para tontos” que tantas dudas resuelve.
En comparación con el fútbol o el baloncesto (equipos, ligas, divisiones, copas, recopas, champions, amistosos, selecciones absolutas, fichajes, jugadores, entrenadores…), ciclismo (giros, turs, maillots de colores, vueltas, escaladas, pájaras, poppins, etapas reinas…) o el tenis (jugadores, gran eslám, la Davis, que si copas, ensaladeras, masters, opens, dobles…) esto es un juego de niños.
Además… ¡¡¡es uno de los pocos deportes que nunca podremos jugar!!! (¿los karts? Jajajaja ¡van a gasolina!) ¿Cómo no me voy a enamorar de este deporte? ¿cómo no me voy a interesar por él?
Así que… nada de Raúl selección. ¡¡¡Alonso Ferrari!!!
Foto: Ya, de pequeño,
dominaba las 4 ruedas

1 comentario:

JAVB dijo...

Fonti, me has emocionado. Pero que sepas que tú no eras el último al que elegíamos en los partidos: el último era Rodri.
Y por cierto, con ese perfil que das de tu infancia y adolescencia, tendrías qu escribir un post que se titulara "Cómo evité, pese a mi infancia, convertirme en un asesino en serie".
Y tienes razón: la F1 es técnológicmente complícadisima, pero en esencia la competición es súper sencilla: 20 tíos a dar vueltas. Y la oposición más elitista: únicamente 20 plazas, con un par de vacantes al año, y una interinidad (pilotos de pruebas) de cojones.