Era conocido mundialmente por su talento intermitente, que no irregular. Sólo un par de días a las semana las musas acudían a su estudio y conseguían que su creatividad y maestría emergiese de las sombras para dar a luz obras revolucionarias, rompedoras.
Aunque era ciego, los jueves y domingos Jemery era un visionario. Y de los buenos.
1 comentario:
¡¡Gracias Fonti!!. Ahora sí puedo cargarme mi blog, que en el fondo es mi gran anhelo
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