Estos días de compra compulsiva suponen un


¿Qué hubiera dicho de todo esto
No es que tuviera especial aversión por la música, pero cuando oyó al dueño del bar decir “Voy a tocar un rato el violín”, la pata de jamón comenzó a sudar y a añorar al resto del cerdo para poder salir corriendo.
¿Algún gurú de la economía o sociólogo en busca de estudio que pueda explicarme por qué con la desaparición de las inmobiliarias proliferan los estudios de tatuaje?
Problemas de comunicación con los nativos al pedir un plato de arroz con chícharos. Existe una pequeña variación en el nombre de los componentes de un buen potaje. En Sevilla, a las habichuelas llaman chícharos, a las habichuelas verdes y a las judías pintas se las conoce como habichuelas, y a los chícharos, guisantes.
Desayunando veo cómo el camarero se pelea con el pan mientras me pone la tostada y vuelvo pensar en el eterno proyecto “Libros que no logro explicar que aún no se hayan publicado”. Hoy: “1001 formas de untar mantequilla en una tostada”
No hay nada peor que salir del cine sin saber si la película ha gustado o no. En el mundo taurino se dice que “Corrida de expectación, corrida de decepción”, y yo me pregunto: ¿Habría cosechado tanto éxito o hecho la misma taquilla Ágora de no haberla dirigido Amenábar?
Hoy me he encontrado con ella. La tenía prácticamente en el olvido, pero ha sido verla a través del escaparate de una tienda de comestibles, ahí, en ese cartelito…, y el día ha mejorado. Porque, si hiciera el “top ten” de mis palabras preferidas, si me pusiera diccionario en mano en busca de aquellos vocablos que, por su sonoridad o por sus rasgos escritos, me hacen sentirme feliz y contento… entre los cinco primeros puestos estaría “pilonga”. Concretamente el dúo castaña pilonga. Y eso que no me gustan las castañas (en realidad soy un soso de los frutos de otoño invierno: excepto el turrón de chocolate y las nueces no me gusta ninguno de los frutos ni de los productos típicos), pero es oír castañas pilongas y me entran ganas de sonreir. Todo lo contrario sucede con la palabra alfajor. El que acuñó ese nombre para ese producto no debía saber nada de marketing.
Un querido seguidor de este blog me manda un curioso mensaje: “t puedo proponer un tema para tu proxima actualizacion a tu blog? busca en www.rae.es la palabra mafia. Sobre todo la tercera acepcion”
Intrigado por el posible enigma oculto en la tercera acepción entro en el diccionario on line de la lengua española y descubro lo siguiente:
mafia. (Del it. mafia).
Lo primero que se me viene a la cabeza es la “tarifa plana” que esto supone a la hora de llamar mafioso a organismos como la SGAE (¿insulto? ¿ofensa? ¿agravio? ¡sólo les estoy llamando profesionales!) Pero, tomando un poco de perspectiva… comienzan a llegar nombres y siglas de entidades de todo tipo: ONGs, sindicatos, asociaciones (estudiantiles, ¡vecinales!, culturales…), grupos teatrales (viene en la definición), colectivos religiosos, corales y bandas de música…
Y por ende, ¿son sus miembros mafiosos? Acudamos a la RAE (que también es una mafia):
mafioso, sa. (Del it. mafioso).
De esta manera uno siente la imperiosa necesidad y tentación de comenzar a usar la palabra tabú (como cuando
Leo en la prensa que Pérez Reverte (de nombre Arturo) va a escribir una novela para las conmemoraciones del 1812 de Cádiz y de nuevo se me viene a la cabeza una idea que rondaba ya hacía unos años: este hombre es la reencarnación de Pérez Galdós (de nombre Benito)
Salvando las distancias (no me vayan a excomulgar y expulsar de la mafia del cuerpo de profesores de literatura), venimos asistiendo a un proceso de escritura y reformulación de algunos de los principales “Episodios Nacionales”, serie que escribiera el (para unos querido, odiado para la mafia estudiantil de bachillerato) genial Galdós:
Primero fue Cabo Trafalgar (en torno a la famosa batalla), más tarde Un día de cólera (en la que se trataban los sucesos del 2 de Mayo) y ahora parece que le ha llegado el turno al Cádiz.
Si las predicciones de los mayas y de Roland Emmerich no lo truncan, podemos estar siendo espectadores de lujo (sin ser conscientes de ello) de la formación de Los Nuevos Episodios Nacionales ¿para cuándo la nueva versión de Bailén?
Y es que, nadie llegó a pensar en esta posibilidad cuando en España se nos vendió a Pérez Reverte como el nuevo Dumas, con la creación de la serie de novelas de El Capitán Alatriste.
Hablemos de sexo. No hay nada en el mundo capaz de crear absurdos titulares, polémicas y debates como las noticias que surgen o se crean en torno a campañas de educación afectivo-sexual. En nuestra sociedad hay determinados temas que (igual da siglo XX, XXI o XXII) nunca llegarán a verse con buenos ojos, y el sexo está en el número uno del top ten. Los medios de comunicación, como mafia mediática, ven en ella un tema recurrente con el que atraer la atención de un público que sólo confía en la palabra profesional y experimentada de Belén Esteban o María Patiño.
Hace unos días saltó la polémica de siempre, esta vez en torno a una campaña desarrollada en Extremadura llamada “El placer está en tus manos”, oyéndose y leyéndose en titulares que la junta daba clases de masturbación a la juventud.
En primer lugar pensé en los casos médicos llegados a los hospitales extremeños que habían podido llevar a tan singular campaña informativa. Catorce mil euros para enseñar a alguien a hacer lo que todos hemos aprendido a solas en la adolescencia en la intimidad de un baño… es algo muy significativo.
Después lo asocié a la recesión en la que estamos inmersos: la crisis del ladrillo, la falta de trabajo y prestaciones de desempleo, ajustes en la economía familiar… y ahora falta de sexo. Obviamente la junta extremeña quería enseñar a sus ciudadanos a desahogarse ante la falta de expectativas. ¿Y qué mejor desahogo y desinhibición que la práctica onanista aprendida a la llegada de la juventud? Gratuita, satisfactoria, al ritmo y con la intensidad que uno/a prefiera o necesite, que puede llevarse a cabo en cualquier sitio, bien en solitario, bien en compañía de quien se quiera/pueda.
No obstante, profundizando en la noticia, resultó ser una campaña informativa sobre orientación, asesoramiento y reducción de riesgos en materia afectivo-sexual, en la que la masturbación, más que una actividad estrella era un contenido más.
Ante tanta polémica, quizá sea necesario llevar a cabo, junto con este tipo de campañas, otras de información y sensibilización con adultos para hacerles ver lo serio y necesario de este tipo de acciones en la sociedad de hoy.