viernes, 3 de julio de 2009

LOS LECTORES QUE DEVORABAN LIBROS DE UN AUTOR MUERTO

Hubiera sido más fácil y convencional titular este post Bestseller, pero prefiero abrir las puertas a una nueva moda editorial:
Si después de El Código da Vinci arribaron a nuestras estanterías miestrios sobre templarios, cátaros, logias masónicas, enigmas sobre Dante, Poe, Dickens, informaciones ocultas en la obra de Bernini, DaVinci, MiguelÁngel, Goya... ahora con la trilogía de Stieg Larsson, puede ser que a los autores les de por ponerle a sus novelas de misterio un título largo y enrevesado.
Porque, si alguien no se ha enterado, el fenómeno literario del momento tiene nombre y apellido: Lisbeth Salander. Ella es la protagonista y el eje de la trilogía que está mandando en las librerías de medio mundo. Millennium ha cogido el testigo de Crepúsculo, El Código da Vinci, Memorias de Idhún, La Catedral del Mar, Harry Potter, La Sombra del Viento, El Capitán Alatriste, El Médico, ¿Quién ha robado mi queso?, El diario de Bridget Jones... y, por supuesto, Los Pilares de la Tierra.
Al contrario de toda lógica, comencé a leer Los hombres que no amaban a las mujeres después de ver la película. De esta manera, y teniendo en cuenta los giros, omisiones e invenciones de toda traslación de novela a pantalla, sabía el principio, el esquema argumental de la obra y el final de lo que iba a leer; y con todo, me decidí a leer la novela en busca del maná literario de la temporada.
Dejando aparte la portada, el título, el grosor y los elogios de los fanáticos (más que seguidores de la obra), intenté acercarme al libro desde el punto de vista de un lector normal y corriente sin prejuicios. Y lo que encontré fue una novela que, conforme avanzaba en su lectura, me iba atrapando y seduciendo hasta el punto de convertir la lectura en un acto obsesivo: prácticamente lo he devorado en tres tardes.
Los factores del éxito, aparte de un posible pacto con el diablo, sólo son 2: la creación de uno de los personajes femeninos más atrayentes y enigmáticos de la literatura moderna y el respeto a las reglas que debe cumplir todo bestseller que se precie:
>Lisbeth Salander es todo un descubrimiento literario comparable a la Escarlata O´Hara de 1936: una mujer con una personalidad arrolladora que, lejos de ser la secundona "acompañante" del protagonista (como en el Código o en Ángeles y Demonios), se convierte en el auténtico motor de la novela.
>Las reglas de todo Best Seller: para aquellos interesados en hacerse un hueco en el desastroso panorama literario actual (no tanto por la calidad de su obra, sino por los índices de venta) se las enumero:
1. Todo el que se precie debe poder leerla: debe tener un lenguaje sencillo, directo, de fácil comprensión. Nada de enrevesados tecnicismos ni metáforas y recursos estilísticos. Las cosas por su nombre y pocos subjuntivos.
2. No importa tanto el grosor como el ritmo de la novela: cada capítulo debe desarrollar, como mínimo dos o tres acciones. Nada de interminables descripciones, de capítulos con referencias o anotaciones que no llevan a ningún lado. Si es viejo, feo y tiene la piel amarillenta se dice que es como gollum, y punto. ¿Para quñe describir el coche? Dí la marca y el modelo, si hay interés lo buscarán en internet.
3. El pasado es oscuro, enigmático y vuelve (siempre vuelve), el presente incierto y hay un maldito enigma que resolver. Raro es que no nieve o llueva en un momento dado, y por muy mal que le vaya al protagonista (que va a sufrir, y mucho) ya sabemos que todo se soluciona.
4. Un pequeño toque o matiz histórico nunca viene mal: La Edad Media, El siglo de Oro, El imperio Omeya, Alemania nazi...
5. El malo es la persona bonachona del principio de la novela, que se empeñan en decirte que no es culpable, y que "asombrosamente", lo acaba siendo.
Si bien esta novela responde en muchos aspectos a estos principios enumerados, sólo el placer de descubrir y conocer a la pequeña y enigmática Lisbeth hacen que la lectura de las (casi) 600 páginas merezca la pena.
Ahora, ¡¡A por el segundo!!

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